UN PELIGRO EN CRECIMIENTO
Por Agustín F. Cronenbold De la Redacción de LA NACION. ARGENTINA
La cabeza gacha, los ojos fijos en la pantalla y los dedos que van de una tecla a la otra. Uno de los 5300 millones de mensajes de texto (SMS) que se envían por mes en el país está por salir de un teléfono celular en Viamonte y Florida cuando un bocinazo altera la tranquilidad de un joven que cruza la calle con el semáforo peatonal en rojo. Situaciones como ésta, en la que transeúntes violan las señalizaciones más básicas al hablar por celular o escribir un SMS, se repiten constantemente en toda la ciudad, según pudo constatar LA NACION en una recorrida. Según los especialistas, esto constituye un peligro para el peatón y es una posible causa de accidentes, por la distracción. De la misma manera en que el foco estuvo en el uso del celular en el automóvil –una ley sancionada recientemente en la Legislatura porteña prevé multas para quienes manden SMS mientras conducen–, de a poco el tema comienza a ser tratado por las instituciones que trabajan por la seguridad vial. La asociación civil Luchemos por la Vida fue la primera en atender este tema: hizo un relevamiento y comprobó que el 4,3% de los peatones usa el celular mientras cruza las calles. “Las personas observadas [que usan un teléfono celular] despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio y sin mirar el tránsito circundante o no esperar a que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar en una proporción muchísimo mayor que la de quienes no usan celular", señala el informe. "Para los peatones el problema real parece ser la distracción, así como les sucede a los conductores", continúa el relevamiento. Florida y Corrientes, en el microcentro, es, a simple vista, una de las esquinas más transitadas de la ciudad. Allí, cada vez que el semáforo vehicular se pone en rojo, por lo menos tres personas cruzan hablando por celular o mandando mensajes con él, según contabilizó LA NACION en un día hábil, la última semana. "Estamos ante un nuevo factor de riesgo. El peatón se convierte en una especie de zombi que desconoce la realidad peligrosa de la calle: llega a la esquina y cruza sin tomar ningún recaudo", se lamenta Alberto Silveira, presidente de Luchemos por la Vida, asociación civil especializada en seguridad vial. Silveira cree que el uso del teléfono celular aumenta la predisposición "a la conducta anárquica" propia del peatón argentino. "Está más que distraído: absorto en el tema que le proponen desde el teléfono, sea trivial o importante. La calle presenta cada vez más peligros, y la gente no parece poder resolverlos mientras usa el celular", destaca. Para los especialistas, el peatón argentino tiene un comportamiento poco responsable, más allá del uso del celular. "De base, nunca mostramos conciencia del riesgo en el tránsito. En este contexto, el celular se presenta como un elemento más que distrae y genera accidentes", explica Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV). Gustavo Brambatti, director de seguridad vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), argumenta que el celular es un problema, porque genera abstracción y falta de atención: mientras lo usan, las personas pierden la capacidad de resolver situaciones inesperadas. "La gente cree que es lo mismo que hablar con alguien por la calle, pero esto no es así. El que va al lado de uno se da cuenta de si hay que cruzar o tomar una decisión en la calle, en cambio, el que está en el teléfono puede dar una mala noticia justo en el momento en el que había que avanzar o frenar", ejemplifica Brambatti. Las apreciaciones de los especialistas son visibles en las calles. A las 15 del jueves último, un peatón que no despega el teléfono de su oreja no se da cuenta de que la luz del semáforo cambió de color. Recién cuando un auto está a punto de embestirlo cae en la realidad y pide disculpas. Una hora después, en el cruce de las avenidas Leandro N. Alem y Corrientes, otro transeúnte cruza en diagonal mirando hacia abajo, mientras habla por teléfono. Un auto que baja por Corrientes hacia el río tiene que desviarse para esquivarlo. El peligro potencial que conlleva el uso del celular para los peatones quedó plasmado en una ley en Croacia, que establece multas para quienes sean sorprendidos caminando con el teléfono en la mano y en uso. En Nueva York, también hay un proyecto de ley para evitar el uso del teléfono móvil en la calle, pero como la propuesta incluye también el uso de los dispositivos de reproducción de música se desató una polémica pública que dilató el debate legislativo. El perfil del "mensajero" Adolescente, mujer, que vive en la Capital, en un hogar de clase media. Es el perfil del usuario de teléfono celular que más uso da a los mensajes de texto, según una investigación de mercado que hizo la agencia Midios. Son más mujeres que hombres los que habitualmente mandan SMS: en porcentajes, 52 y 48. Los clientes del área metropolitana usan en mayor proporción la mensajería instantánea que los del interior. Quienes tienen entre 13 y 34 años son quienes más mensajes mandan: en sus manos se concentra el 64% de los mensajes. Otro estudio, elaborado por la consultora de medios y tecnología Carrier, señala que el 83% de los adolescentes menores de 18 años mandan mensajes de texto a diario. La intensidad del uso decrece cuanto mayor es la edad de los usuarios: mandan mensajes a diario el 73% de los clientes, que tienen entre 19 y 25, y el 69% de los que tienen entre 26 y 35 años. En cambio, el 36% de aquellos que tienen entre 56 y 65 años dice que nunca manda mensajes de texto. En el estudio se indagó acerca de cuál es la forma más frecuente de comunicación: los menores de 45 años usan con mayor frecuencia los mensajes de texto que las llamadas telefónicas. Claro que hay matices: los menores de 18 años los prefieren en el 86% de los casos. Los menores de 25, en el 83 por ciento. En cambio, los menores de 35 mandan en promedio dos mensajes de texto por cada llamada, una relación que se mantiene hasta los 45 años. De allí en adelante, las llamadas cobran protagonismo. Pero incluso el 11% de los mayores de 66 años usa con mayor frecuencia los mensajes de texto que las llamadas. En la consultora Prince & Cooke señalan que el 93,5% de las mujeres mandan mensajes de texto, contra un 90% de los hombres. En el caso de los adolescentes, ese porcentaje alcanza el 97,1 por ciento.
Por Agustín F. Cronenbold De la Redacción de LA NACION. ARGENTINA
La cabeza gacha, los ojos fijos en la pantalla y los dedos que van de una tecla a la otra. Uno de los 5300 millones de mensajes de texto (SMS) que se envían por mes en el país está por salir de un teléfono celular en Viamonte y Florida cuando un bocinazo altera la tranquilidad de un joven que cruza la calle con el semáforo peatonal en rojo. Situaciones como ésta, en la que transeúntes violan las señalizaciones más básicas al hablar por celular o escribir un SMS, se repiten constantemente en toda la ciudad, según pudo constatar LA NACION en una recorrida. Según los especialistas, esto constituye un peligro para el peatón y es una posible causa de accidentes, por la distracción. De la misma manera en que el foco estuvo en el uso del celular en el automóvil –una ley sancionada recientemente en la Legislatura porteña prevé multas para quienes manden SMS mientras conducen–, de a poco el tema comienza a ser tratado por las instituciones que trabajan por la seguridad vial. La asociación civil Luchemos por la Vida fue la primera en atender este tema: hizo un relevamiento y comprobó que el 4,3% de los peatones usa el celular mientras cruza las calles. “Las personas observadas [que usan un teléfono celular] despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio y sin mirar el tránsito circundante o no esperar a que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar en una proporción muchísimo mayor que la de quienes no usan celular", señala el informe. "Para los peatones el problema real parece ser la distracción, así como les sucede a los conductores", continúa el relevamiento. Florida y Corrientes, en el microcentro, es, a simple vista, una de las esquinas más transitadas de la ciudad. Allí, cada vez que el semáforo vehicular se pone en rojo, por lo menos tres personas cruzan hablando por celular o mandando mensajes con él, según contabilizó LA NACION en un día hábil, la última semana. "Estamos ante un nuevo factor de riesgo. El peatón se convierte en una especie de zombi que desconoce la realidad peligrosa de la calle: llega a la esquina y cruza sin tomar ningún recaudo", se lamenta Alberto Silveira, presidente de Luchemos por la Vida, asociación civil especializada en seguridad vial. Silveira cree que el uso del teléfono celular aumenta la predisposición "a la conducta anárquica" propia del peatón argentino. "Está más que distraído: absorto en el tema que le proponen desde el teléfono, sea trivial o importante. La calle presenta cada vez más peligros, y la gente no parece poder resolverlos mientras usa el celular", destaca. Para los especialistas, el peatón argentino tiene un comportamiento poco responsable, más allá del uso del celular. "De base, nunca mostramos conciencia del riesgo en el tránsito. En este contexto, el celular se presenta como un elemento más que distrae y genera accidentes", explica Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV). Gustavo Brambatti, director de seguridad vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), argumenta que el celular es un problema, porque genera abstracción y falta de atención: mientras lo usan, las personas pierden la capacidad de resolver situaciones inesperadas. "La gente cree que es lo mismo que hablar con alguien por la calle, pero esto no es así. El que va al lado de uno se da cuenta de si hay que cruzar o tomar una decisión en la calle, en cambio, el que está en el teléfono puede dar una mala noticia justo en el momento en el que había que avanzar o frenar", ejemplifica Brambatti. Las apreciaciones de los especialistas son visibles en las calles. A las 15 del jueves último, un peatón que no despega el teléfono de su oreja no se da cuenta de que la luz del semáforo cambió de color. Recién cuando un auto está a punto de embestirlo cae en la realidad y pide disculpas. Una hora después, en el cruce de las avenidas Leandro N. Alem y Corrientes, otro transeúnte cruza en diagonal mirando hacia abajo, mientras habla por teléfono. Un auto que baja por Corrientes hacia el río tiene que desviarse para esquivarlo. El peligro potencial que conlleva el uso del celular para los peatones quedó plasmado en una ley en Croacia, que establece multas para quienes sean sorprendidos caminando con el teléfono en la mano y en uso. En Nueva York, también hay un proyecto de ley para evitar el uso del teléfono móvil en la calle, pero como la propuesta incluye también el uso de los dispositivos de reproducción de música se desató una polémica pública que dilató el debate legislativo. El perfil del "mensajero" Adolescente, mujer, que vive en la Capital, en un hogar de clase media. Es el perfil del usuario de teléfono celular que más uso da a los mensajes de texto, según una investigación de mercado que hizo la agencia Midios. Son más mujeres que hombres los que habitualmente mandan SMS: en porcentajes, 52 y 48. Los clientes del área metropolitana usan en mayor proporción la mensajería instantánea que los del interior. Quienes tienen entre 13 y 34 años son quienes más mensajes mandan: en sus manos se concentra el 64% de los mensajes. Otro estudio, elaborado por la consultora de medios y tecnología Carrier, señala que el 83% de los adolescentes menores de 18 años mandan mensajes de texto a diario. La intensidad del uso decrece cuanto mayor es la edad de los usuarios: mandan mensajes a diario el 73% de los clientes, que tienen entre 19 y 25, y el 69% de los que tienen entre 26 y 35 años. En cambio, el 36% de aquellos que tienen entre 56 y 65 años dice que nunca manda mensajes de texto. En el estudio se indagó acerca de cuál es la forma más frecuente de comunicación: los menores de 45 años usan con mayor frecuencia los mensajes de texto que las llamadas telefónicas. Claro que hay matices: los menores de 18 años los prefieren en el 86% de los casos. Los menores de 25, en el 83 por ciento. En cambio, los menores de 35 mandan en promedio dos mensajes de texto por cada llamada, una relación que se mantiene hasta los 45 años. De allí en adelante, las llamadas cobran protagonismo. Pero incluso el 11% de los mayores de 66 años usa con mayor frecuencia los mensajes de texto que las llamadas. En la consultora Prince & Cooke señalan que el 93,5% de las mujeres mandan mensajes de texto, contra un 90% de los hombres. En el caso de los adolescentes, ese porcentaje alcanza el 97,1 por ciento.